Caminando encontré una flor, era de mañana temprano, todas las flores habían abierto generosamente sus pétalos, pero esta flor se negaba a hacerlo, le pregunté: « ¿Por que no era como las demás flores?»
Rápido me contestó, que no quería hablar, que siguiera mi camino.
Me alejé un poco, para darle confianza, entonces le volví a preguntar. Acto seguido, me dijo que no era asunto mío.
Me alejé un poco mas, y a esa distancia, confesó, que tenía mucho temor y que a su vez rebeldía, una cólera, que venía a crecer de todos lados. Lo que si pude notar , es que había desarrollado muchas espinas, pero pensé como no va a ser si tiene una terrible actitud. Al parecer me entendía y me dijo; “Tu nunca vas a entenderme, solo has venido a juzgarme y a recriminarme”.
Se cerró más aún, pero lo hizo tanto, tanto que se hizo hasta daño.
Decidí alejarme, y paso el día, como era mi camino necesario,al día siguiente me volví a encontrar con la flor, pero se hallaba marchita, aun cerrada, y se le veia muy mal.
Le dije: “ Te puedo ayudar”
No- me gritó . No ves que me he enfermado, tu mucho me has molestado, nadie quiere mi bien y no soporto tampoco este sol que cada mañana me saluda, y ¿ que dices de las demás flores, somos tan diferentes?
Entonces, le dije:
– Pero necesitas un poco de luz ¿no crees que te estas haciendo daño?
Déjame – me dijo. Prefiero la rebeldía, que nadie me diga lo que tengo que hacer, a nadie le importa mi destino, mi camino.
Otra vez, le dije, otra vez me contestó. Pasó el próximo día , y aquella flor estaba tristemente caída, como muerta .¿Que ha pasado?- le dije.
Y con una voz débil me contestó:
— Al parecer tenías razón, necesitaba la luz del sol, pero como ves, ahora es demasiado tarde.
Entonces, alcance a decirle:
– No es tarde, déjame que te ayude. Un poco de agua, un poco de luz, capaz haga la diferencia.
Esta bien – me dijo.
Traje agua, aunque en verdad me pareció que era demasiado tarde . Al fin le deje, capaz un poco mejor.
Al día siguiente regresé, algo de sus pétalos había abierto, pero era demasiado tarde, la flor había muerto.
Me dije entonces: ¡Que soledad! ¡Que vacío! ¡Que necedad !
Pintura y Escrito:
Oscar Basurto Carbonell
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Arte para el alma
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Armonía y Paz
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Un relato espectacular,la forma como vas describiendo tu conversación con un enfermo la encuentro muy novedosa me gustó el dedo pulgar hacia arriba, me gustó ,…..saludos sinBalas
SIENTO UNA GRAN PENA ME DUELE EL ALMA Y NO QUIERO VIVIR ASI CADA DIA ES UN NUEVO DIA DE DOLOR DE DESANIMO PARA MI TENGO 30 ANOS Y YA NO QUIERO SEGUIR VUVUENDO LA TRISTEZA LA ANGUSTIA EL DOLOR ME ESTAN MATANDO POCO A POCO EL DOLOR DE LA TRAICION EL ENGANO
EL ODIO NO SE CURA CON EL ODIO SE CURA CON EL AMOR